Hola, queridos chichipíos. Qué tal! Just like always, I'm thinking, tomándome mi tiempo, para establecer el rumbo de pensamientos, a veces agresivos, otras, llenos de ciertas dulzuras, que los hacen tan románticos. Pero, es así, cuando, creo haber establecido la ruta para mis pensamientos, me encuentro pensando en cualquier otra cosa, como si lo previamente estipulado, no tuviese importancia.
De manera, que a veces, cansada de estos artilugios de mi mente, dejo, que ella vague por donde quiera, que arribe a las conclusiones que le parezcan pertienentes. Mi yo no se mete en ello, me dejo invadir por esas ideas, por más ridículas que parezcan. Y, entonces se me ocurren ideas, de las cuales no puede afirmar su bondad o negarla.
Es un proceso, que requiere de algo, que espanta a las personas provectas, perder el tiempo. Pero, les aseguro, no hay mejor tiempo ganado, que el tiempo perdido. Y, es así, como, las ideas sorprenden a mis consciencia, dándome el placer de visitar nuevos mundos, que solo existen en mi imaginación. Cuando, parto hacia ellos, comienzo a llenarme de sentimientos inusitados, de perspectivas, a veces inhóspitas, otras amables, de pasiones arrasadoras, o de una laxitud, que invade mis miembros, dejándome tan cansada, como si hubiese escalado el Himalaya. Qué sé yo! Estos mundos, suelen atraparlo a uno, y arrastrarlo, si hay oposición, por caminos revueltos, llenos de meandros, que nos hacen ir y retroceder, descubrir aquéllo, que en un primer momento no habíamos visto, o no nos habíamos dado cuenta.
Y, así, es como perdemos el tiempo, que nos llena de placer, de emoción, de nuevas ideas, de pensamientos críticos, innovadores. No hay que temerle a la pérdida de tiempo, es esa pérdida, la que puede llevarnos, por caminos nuevos y desconocidos, con una brillante luz al final del camino.
Mientras más nos dediquemos a nuestro interior, más crecerán nuestras mentes y, entonces, será difícil querer convencernos por cuál camino ir.
Adelante con los faroles, a perder el tiempo, a hacer lo que debimos hacer, hace mucho tiempo. Y cuando el asombro os invada, sentid el placer de lo realmente nuevo.
Vermut con papas fritas y good show.
Hasta la Victoria siempre.