HOLA, QUERIDOS CHICHIPÍOS. QUÉ TAL! HOY LES PRESENTO UN NUEVO CUENTO, O NO, TANTO. AQUI LES VA:
MI MAMÁ VIEJA
Cuando yo era chica, más o menos unos siete años, comencé a notar diferencias entre mis padres y yo. Por ejemplo, yo era rubia, y ellos no. Ambos dos, tenían el pelo castaño. Al seguir creciendo, noté más desigualdades, tales como, que yo tenía la naríz respingada y ellos no. Mi papá tenía una nariz, que parecía una pera y siempre me hacía reír con él, como si eso fuera un chiste. Mi mamá, en cambio, tenía la nariz recta. Sus ojos eran marrones y los míos, color miel. Yo tenía la piel muy blanca y ellos, no.
Además, cuando iba a la escuela, notaba, que los papás de los demás compañeros, eran jóvenes, entre veinte y cuarenta años, pero mis padres, ya se acercaban a los sesenta y pico. Más bien, parecían mis abuelos... Continuar leyendo