Hola, queridos chichipíos. Qué tal! Yo, siempre, con ganas de compartir lo bueno y lo malo, con Ustedes, y analizar las situaciones, sacándoles el mayor provecho.
Ayer, me fui a inscribir en la Junta de Clasificación Media I, y debido a lo que les conté, inmediatamente, arreglaron mi situación, con gran gentileza. Fui, entonces a Junta de Clasificación de Adultos, pero, no encontré la misma respuesta. Dijeron que ellos no podían inscribirme, pese a mi situación extremosa. Comparé, entonces, el comportamiento de ambas juntas, y comencé a preguntarme, cosas como: ¿uno se vuelve más egoísta con los años? ¿Se comportaron como siempre lo hubieran hecho? De su acto mezquino, ¿Qué beneficios obtuvieron? ¿ Su trabajo podría haberse visto agravado, por realizar un acto de solidaridad con un compañero? ¿Creen, por ventura, que sus acciones no tienen consecuencias? ¿Cómo se sentirán espiritualmente, cuando realizan actos miserables, innobles, antisolidarios?
En muchas ocasiones, no quiero generalizar, ya que las Ciencias Sociales, si algo han mostrado, que es muy difícil, la generalización, en los comportamientos de las personas. Repito, en muchas ocasiones, las personas no logran la empatía necesaria, para ponerse en el lugar del otro, y de esa manera, actuar en consecuencia. Ponerse en el lugar del otro, significa vernos a nosotros mismos, como si fuéramos el otro, y entonces, pensar, como nos sentiríamos, frente a un trato inhumano, malvado por estupidez, cometido contra nosotros. Obviamente, muy mal. Actuando como la Junta de Clasificación de Adultos, uno piensa, como tratarán a las personas, que habiendo sido expulsadas del sistema, desean continuar con sus estudios y se encuentran con seres como éstos: estúpidos, incapaces de sentir empatía por el otro, sin ninguna intención de ser solidarios frente a aquellos que necesitan ayuda.
Los adultos que van a estudiar, en general son buenos estudiantes, y en general, terminan sus estudios mediante sus propios esfuerzos. Casi ningún docente, comprende la necesidad de estas personas, que con familia, hijos, nietos (a veces), trabajando hasta tarde, aun así, terminan sus estudios, ya primarios o secundarios. Estas personas, dejadas de lado, por la sociedad, continúan pese a ello. Son realmente admirables. Cómo se sentirán en presencia de docentes mezquinos, ruines, antisolidarios, incapaces de empatía o de un acto de altruismo?
La tenacidad del ser humano, como la cualquier ser vivo, es envidiable.. Continuamos, contra viento y marea. A veces, creo, que nos parecemos a algún personaje de Cronin, siempre luchando contra la adversidad, y pese a todo, logrando lo que quieren, así, tengan que desaparecer físicamente. No estaba, entonces, tan errado, Cronin, cuando aprecia el carácter humano, y su tendencia a hacerle mal a su próximo, para su propio placer. Qué lástima! Que este sea un ejemplo que estamos dando a los más jóvenes, a aquellos que perseveran, a aquéllos que no se quedan con la última palabra escuchada, sino que siguen intentando hacer lo que se han propuesto, pese a las dificultades, los problemas, los obstáculos, a las grandes montañas que se interponen entre su camino y su objetivo. Ellos continúan, algo que admiro. Por oposición, me hacen despreciar a seres como los de Junta de Clasificación de Adultos, miserables, temerosos de hacer el bien, porque tienen miedo de perder su puesto en Junta. Qué lamentable ejemplo, para los alumnos, que sólo muestran coraje, decisión, empuje.
Vermut con papas fritas y good show.
Hasta la victoria siempre compañero Kirchner.
Fuerza Cristina.