Hola, queridos chichipíos. Qué tal! Escribir, pareciera, que no cuesta nada. Sin embargo, tener ideas, es algo, sorprendente, que nuestro cerebro hace, constantemente. No se puede evitar. Con las lecturas, con las opiniones de los demás, más nuestra experiencias, nuestro capital cultural, nuestros sentimientos y emociones, con todo eso, formamos nuestro pensamiento. Va germinando, como si fuera una planta, y, luego, aparece, en todo su esplendor, cubierto de flores, que a veces, son fragantes, otras un olor fétido, las acompaña. En fin, así, trabaja nuestra mente, aportando, cada día, nuevos y mejores pensamientos, ya sean obscuros o brillantes. Con los brillantes, podemos ir iluminando nuestro camino, para no tropezar. Con los obscuros, podemos comprender, a aquellos, que como los militares, cometieron genocidio. Obviamente, sería lo mejor, siempre, tener ideas brillantes, inteligentes; pero, a veces, contrastando con la realidad circundante, con las opiniones de otros, descubrimos, que estábamos equivocados. A no afligirse!, pues, lo único, que debemos hacer, es reformular lo que pensábamos, y, ordenarlo de nuevas formas. Esto, es lo interesante, del pensamiento: asiduamente, se está recomponiendo, cambiando estructuras, que ya no se adaptan al medio que se habita. Conceptos, imágenes, sonidos, olores, son reordenados. De esta manera, generamos pensamientos nuevos. No sabemos si son buenos o malos. Sólo, que surgen, como resultado de las condiciones externas e internas de cada uno. Así, cada vez que escribimos, lo hacemos impulsados por los pensamientos del momento. Luego, al releer el texto, descubrimos nuevos significados, porque nuestros pensamientos ya han cambiado.
Esta actividad del pensar, es la muestra cabal, de cuán vivos estamos. Esos compartimientos estancos, en la mente, nos habla, de alguien, que mentalmente, está casi muerto. Por qué?, dirán Ustedes. Porque no pueden generar pensamientos nuevos. Y se van quedando, atras, hasta que llega un momento, en que el mundo, a su alrededor, resulta incomprensible. Como una computadora vieja, que no puede leer los programas nuevos y actuales, y , finalmente son descartadas.
Si pretendemos, estar en la comunidad, nuestros pensamientos deben cambiar. Claro, primero, deberíamos encontrar los nuevos paradigmas, que regirán, esta nueva sociedad. Todo ello, antes de que sea demasiado tarde.
Aunque un refrán popular reza: "Nunca es tarde, cuando la dicha es buena". Yo no estaría tan segura.
Así mis queridos chichipíos, escribo, a la sombra de pensamientos, que trato, en todo momento, de adaptar a las nuevas circunstancias. Pero, siempre, teniendo en cuenta, que algunos valores, deben mantenerse, como aquellos de "no matarás", "no robarás", etc. Éstas son las condiciones básicas, para poder formar una comunidad. Si estamos, en comunidad, es más fácil escibir. De esa manera, podemos estar en sintonía con los demás. Aunque, debo aclararles, que los pensamientos, son rebeldes, y suelen, llevarnos por caminos desconocidos, dónde tenemos que aprender, nuevas formas, formas, para las cuales, a veces, la comunidad no está preparada.
En mi caso particular, dejo caminar a mis pensamientos, por donde ellos quieran llevarme, y así, las ideas, más luminosas o las más obscuras, son plasmadas por igual, en el papel. o en la compu. Esos nuevos paradigmas que buscamos, surgirán así, con pensamientos exóticos, nunca vistos, que conmoverán, convulsionarán a las personas.
Pero, los momentos de crisis, son así, movilizantes, que impulsan a seguir por la senda, aunque, ésta es seguramente desconocida. Vamos, como en viaje de descubrimiento, viendo cosas, que jamás hubiéramos soñado ver, de no haber cambiado la perspectiva.
Vermut con papas fritas y good show.