HOLA, QUERIDOS CHICHIPÍOS. QUÉ TAL! QUISIERA COMPARTIR CON USTEDES ESTA PEQUEÑA CARTA A MI HIJA TAN QUERIDA:
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Querida Daniela:
Hace tiempo que quería
hablarte. Pero, nunca parece ser el momento exacto, porque comenzamos a hablar
y terminamos peleando, por estupideces. Así, sin que realmente haya un
impedimento pesado, trato de no hablarte tanto, para no discutir. No sé si esta
actitud es buena o mala, pero no me gustan los desequilibrios, y así es.
Sin embargo, pese a lo
que a ti pueda parecerte, te quiero muchísimo. Recuerdo siempre, que mi madre
decía: “Ya vas a entenderlo, cuando tengas un hijo”. Y realmente, tenía razón,
recién ahora, me doy cuenta, de que pese a todo, no puedo dejar de quererte. Es
así, casi diría inevitable.
No me tomes por una
romántica incurable, o peor aun, por una tonta. Nada más lejos de la verdad.
Uno tiene muchas expectativas, cuando espera un hijo. Siente temor, pero
finalmente cuando aparece, como tú, y a través del tiempo, observa que en todos
los aspectos, es superado por su hijo, es una bendición. Porque implica, que el
tiempo empleado en concebirlo, educarlo, ha sido empleado en la mejor forma que
puede ser usado el brevísimo tiempo que tenemos, en este hermoso planeta.
Mi querida, cuando
alguna vez leas esta carta, comprenderás que siempre te he querido, que es un
sentimiento que te acompaña, desde el momento en que miras, por vez primera a
tu hijo, y sigue contigo, no importa lo que pase. Por lo tanto, te quise, te
quiero y siempre te querré. Nada puede alterar ese hecho. Veo que el amor que
uno siente, te acompaña toda la vida. Así como amo a mi madre, a mis queridas
tías y tíos, ya fallecidos, a mis abuelos, es tu amor imborrable para mi.
Qué duro, pese a todo
ello, hacerte entender esto. Y tú, para colmo de males, actúas como si te
molestara. Espero que no sea así, y que con el tiempo puedas entender.
Un
beso.
Tu madre que te quiere.
