Hola, queridos chichipíos. Qué tal! continuando, con ésto de sentirse argentino y actual como tal. Es bueno, retrotraerse a las historias de nuestros abuelos (algunos inmigrantes y otros originarios de la región) y conocer las leyendas, los cuentos populares, los mitos de las distintas zonas. Yo, recuerdo, que mi padre, quien nació en Pehuajó (si, bien, es de origen aleman), solía contarme una leyenda (yo creo que más bien es un mito) de la región de la Mesopotamia. Yo no sé, si será verdad o mentira, pero mi padre solía decir, que los antiguos habitantes de allí, y los descendientes de los guaraníes y los querandíes, transmitían de generación en generación, este mito del Poroto Marañásico, que nunca se lo ve, y nunca nadie sabrá si es real o no, pero adquirió y ha adquirido gran notoriedad en la Mesopotamia, allí, por Corrientes, por Misiones, por Entre Ríos. Cuentan que acostumbraba a vivir a orillas del río Paraná, pero, nunca nadie lo vio, porque, en realidad, estaba habituado a andar de noche, según cuentan los vaqueanos, cuando la luna llena ilumina los bosquecillos de juncos y camalotes en flor. Así dicen, le gustaba salir de noche, y, por eso, cuando la gente, al día siguiente, encontraba los huesos de algún animal, se lo atribuían al Poroto Marañásico, diciendo, que ahí, él se lo había comido y que allí, había dejado sus huesos. Por eso, cuando la Luna llena, estaba en pleno cielo, nadie se atrevía a salir, por temor al Poroto Marañásico, no fuese que éste los atacase y se los comiese. Así, fue creciendo esta leyenda o mito, hasta hoy en día, porque nadie puede saber, exactamente que significa, pero, la gente, continúa, contándoselo de boca en boca, entre los guaraníes, entre los querandíes y los descendientes de esos indios. Todavía, actualmente, se cree, que si se le deja un plato con comida, al Poroto Marañásico, éste no atacará a ningún aminal y se comerá, lo que le han dejado de ofrenda.Ésto es así, será verdad, será mentira, nunca lo sabremos, pero la creencia persiste.