Hola queridos chichipíos. Qué tal! A veces, me gusta desvaria y escribir poesías, sin realmente estarlo pensando. Dejo vagar mi mente por mi interior, y voy recopilando aquéllo que encuentro. Y luego, lo pongo en palabras, tal vez un ejercicio de experimentación, una forma de hacerlo, no siglo reglas, porque estas constriñen mi pensamiento. Es bueno, a veces, que la mente vaya sin rumbo fijo, generalmente, es así, cuando encontramos palabras, que sirven, que nos representan, que nos alientan, que nos impulsan, que nos hacen sentir esperanzas. Que sé yo de los que mis palabras, causan en otros? Tampoco, sé por qué tales palabras se encuentran en mi interior? Parece, que hubieran sido atesorados, a la espera, de mi búsqueda, que no tiene fin. Podré escribir, con mi último suspiro, pero, la búsqueda quedará inconclusa. Esa sensación de infinitud, es lo que alienta. saber, que tras el horizonte, siempre hay algo más. Es así, seguramente, en este vagabundeo espiritual, que nacen poesías, cuentos, monólogos, obras teatrales, y tantas otras cosas, que escrib, sin saber por qué. Seguramente, alguien las encontrará y podrá darles, un sentido, en el cual, yo, jamás hubiera pensado. Qué suerte que alguien pueda construirle un sentido a un texto mío o de otra persona! Adelante con los faroles! No dejen de leer! Porque sin darnos cuenta, nuevos pensamientos surgirán, nuevas ideas. Y, de repente, nuestra mente, es como un bosque pletórico de sonidos, imágenes, movimientos, un lugar, en donde nos encanta perdernos. Pero, no temaís, no estáis perdidos, sino tan sólo, conociendo, abrevando vuestra sed de nuevos y mejores sentidos. Y saldremos de allí, fortalecidos, capaces de todo. Sólo las personas ordinarias, que finalmente encuentran esta selva, son capaces de acciones extraordinarias. Baste, con mirar el ejemplo de una señora de la Historia, como lo es Doña Juana Azurduy, y ver, que en el medio de la lucha por la Independencia, esta señora, dio a luz, mientras peleaba, contra nuestros enemigos. No digo, que todos podremos realizar acciones de tal valentía, pero, si digo, que podremos aprender. Busquen esa selva, en vuestras mentes y encontrarán, un real nuevo mundo.
Aquí, les va una poesía, como para desquitando el vicio:
No sabía quién era yo,
busqué en todas partes,
pero, no me pude encontrar.
Pregunté a algunas personas,
que pasaban por allí,
pero, tampoco, pudieron darme respuestas.
Parece, que mientras más busco,
menos me encuentro.
Quizá deba quedarme parada, esperando.
Pero, algunos vagabundos, que transitaron,
el lugar, me dijeron:
-Eah!, peregrino, no puedes quedarte,
no debes interrumpir el paso de los viajeros.
Qué viajeros?. pregunté.
No te has dado cuenta, todavía,
que hay millones como tú, buscando.
A veces, lo hacen a tientas, por eso,
si te quedas, podrían chocar contigo.
Y, entonces qué pasará? volví a interrogar, a
aquéllos que de tal modo me hablaban.
Pero, ya no pude oir sus respuestas.
Habían continuado su camino, y, lo que decían,
se oía, como letanía lejana, sin sentido.
Aunque mis pies estaban cansados,
al igual que yo, continuaron moviéndose,
llevándome, a lugares donde nunca había estado,
y, a los que nuca volvería.
"