Hola queridos chichipíos. Qué tal! Será que hoy me siento un poco lánguida, incorpórea, casi invisible, transparente y,entonces una pequeña poesía, escrita, hace mucho, vino a esta mente planetaria, y que continúa, expandiéndose, que ya ni siquiera mi cuerpo puede contenerla. Se ha convertido en propiedad de todos, se ha metido, incidiosa, en la mente de aquéllos, que aun no han despertado.
Aquí va esta poesía bucólica, extraña para mí, aun habiéndola escrito:
"Girones de mi carne macilenta,
deambulan, desparramados,
sobre el aceite mugriento, que
cubre la tira de hojalata gris,
donde, otros vagan como yo.
Esperando, en silencio,
y, mientras tanto,
el cielo se derrumba sobre nosotros,
nos aplasta, nos comprime.
Tanta inmensidad, tanta profundidad,
nos dispersa más, nos aleja.
Y, así, en soledad,
con incierto derrotero, aguardamos
a Caronte, con su barcaza impía,
para llevarnos más allá del consuelo,
para hundirnos en el dolor olvidado,
para perdernos en las aguas del río de la muerte.
Despertemos, peregrino, en la consciencia
y la vida nos olvidará, en la muerte,
y la muerte, olvidará nuestras vidas"
Vermut con papas fritas y good show.
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