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Hola, queridos
chichipíos. Qué tal! Me tuve que tomar un tiempo para reflexionar, obligada
entre, otras cosas, por tener descompuesta mi compu. Pero, finalmente
comprendo, que es bueno, dejar de escribir, para pensar y repensar, sobre lo
que escribo, sobre lo que siento yo misma y, qué siento sobre lo que escribo.
Hace unos momentos, le dije a mi hijo, como Sudestada, y otras revistas culturales
(bah!!!!) sólo publican a aquellos escritores, que ya han publicado y mostrado
que pueden vender. Muchos de ellos como yo, sin grandes vuelos intelectuales.
Ni pensar en Cronin, Ling Yu Tang y tantos otros, a los que admiro
apasionadamente. Generalmente, se publica y se vende aquello, que es fácilmente
digerible. Nada, que pueda poner en entredicho nuestros pensamientos. Por eso,
es tan difícil encontrar, libros como “El ser y la nada” de Jean Paul Sartre,
“Ética” de Spinosa. Claros estos libros nos hacen pensar, hay que disponerse a
leerlos. Muchos de los escritores actuales argentinos, no son complejos. He
leído algunos libros, por ejemplo de Ana María Shúa, y para mí, es complicado
encontrarles el atractivo. No son como la Divina Comedia, cuyo círculo
descendente, cuando yo tenía nueve años, me resulto atrapante, y no pude dejar
de leerlo, hasta terminarlo. Después, lo leí muchas veces más, encontrándole
nuevos sentidos a su texto, haciéndole nuevas preguntas. Lo mismo me pasó con
“El burlador de Sevilla” de Tirso de Molina, que cada vez que lo leo me
impactan nuevos descubrimientos, que sobre su texto, hago.
Por lo tanto, me siento
un poco decepcionada por las editoriales, que sólo le publican a aquéllos que
pueden pagar la primera edición de sus libros. Por lo tanto, los que no tienen
dinero, jamás verán reflejada en papel su obra literaria.
Nadie podrá emular, a
escritores de la talla de Calderón de la Barca. Recuerdo, como soñaba y
me gustaba sufrir con Segismundo. Qué romántica! Pero, debo reconocer que
gracias a la lectura del Siglo de Oro Español, y tantos otros escritores y
filósofos, como Berthrand Russel, me han permitido ir formando un pensamiento,
que a veces, resulta extraño a quien lo escucha, pero, que les resultaría a
estos pensadores, grato, al ver en cuanto se puede influir en la formación de
la mente de una persona.
Pero, no me desanimo,
continuo con lo mío, que es escribir lo que se me venga a la mente, sin
preocuparme por lo que los demás digan o piensen, sobre ello.
“Seamos libres, lo demás
no importa nada” ( General Don José de San Martín)