Hola, queridos chichipíos, les escribo porque me gusta escribir y también transmitir aquello que siento, que presiento. De acuerdo al comentario recibido a una de mis entradas, se me hace que todo lo que escribimos por Internet, y aun, por otros medios, son controlados por el Imperio y sus secuaces. Parece que mis ideas no son vistas con agrado, tengo la costumbre de pensar y sacar mis propias conclusiones. Para ello, no veo televisión abierta, para evitar la alienación, la confusión y de esta manera, sacar conclusiones, en parte mías.
Tengo una visión muy crítica de la realidad que construyo, y este mail mandado, por una supuesta Paola, supone una visión muy reaccionaria, como si fuera posible, aun por quererlo, odiar a alguien. Lo que sentimos, aquellos que creemos que sólo con la justicia, es posible una sociedad mejor, queremos que los crímenes no queden impunes. Sobre todo, cuando el crimen es cometido por un Estado coptado por subversivos (léase los militares). Aquí, cabe recordar que subvertir es transformar el orden reinante por otro, y cuando lo hacenm derribando un gobierno, son lo que yo llamo subversivos. Esta extraña Paola, cree que no han cometido un delito y que solo los odiamos. Qué ironía tan extraña! Sólo los criminales, terroristas de Estado, deben ser tratados, respetando. Y qué, entonces, con los pobres que llenan nuestras cárceles, con extensas condenas, por haber cometido dlitos nimeos. Y, aun aquellos que han cometido asesinatos, cuánta parte de culpa tiene esta sociedad que habito, cuánta responsabilidad en haber conducido a personas, que nacieron como cualquiera, a realizar tan terribles actos. Qué pasa cuando dejamos a alguien sin tener nada que perder; ese alguien puede, entonces, cometer cualquier hecho, repugnante a los ojos de los miembros castos y puros de nuestra sociedad. A éstos mismos personajes, no les importa pasar por la estación Buenos Aires, en Pompeya, ver a niños de ocho a doce años drogándose, decir "que barbaridad" y continuar con su camino, como si nada pasara.
Por todo lo antedicho, me sorprende que alguien crea que odiamos a los terroristas de estado, no. Simplemente, esperamos que no quede ningún hecho o acto sin castigar. Cuando es el Estado, quien comete tan horribles crímenes, nadie puede escapar. Numerosos escritores, periodistas, artistas de todo tipo, desaparecieron, fueron torturados y sus cuerpos, atados con alambre de púas, fueron arrojados al Río de la Plata. Bueno, estas acciones solo pueden provocar repudio; su defensa, implica complicidad con tales sujetos, que por otro lado, trabajaban a las órdenes del Imperio.
Yo creo, que es el Imperio, quien controla esta red y así va descubriendo quienes piensan diferente. El temor que pudiéramos sentir, debemos enfrentarlo, y al hacerlo, podremos ejercer presión, para que se continúe juzgando a estos monstruos. Y aquellos de sus compañeros, que no participaron, pero que callaron y siguen haciéndolo son cómplices por acción u omisión.
"Vermut con papas fritas y good show"