Hola, queridos chichipíos. Estuve releyendo mi última entrada, y tengo que decir, aunque dura, es real. La conscientización es lo más importante, y si bien, la vida, es muy corta, debemos ser responsables, por nuestra descendencia, si es que queremos que habiten un mundo mejor.
Creo que el mejor remedio contra la tristeza, la desesperanza, es precisamente, la alegría, la esperanza, la compasión, la empatía. Estando alegres, tendremos ánimo para esta lucha, que se avisora dura, compleja. Estamos en una descarnada guerra contra la esclavitud y la ignominia, producida por el Capitalismo. Observen ustedes, que sus gobiernos, en ningún momento hablan de reducir el gasto militar. Eso implica, que están dispuestos a matar a quien sea, incluídos Ustedes, los propios gobernados. Quizá los que estén muy viejos no les importe (aunque yo creo que sí). Todos, aunque más no sea, tienen un joven en la familia, hijo o nieto, y supongo que deben querer el bien para él. Por lo tanto, también es vuestra responsabilidad, librar esta guerra.
Nosotros, los indoamericanos, estamos cansados de esclavitud y de tiranos, mantenidos por el Imperio. Particularmente, aquí en la Argentina, nuestra señora Presidente, ha tomado medidas muy distintas, de las típicas recetas genocidas, impuestas por nuestros enemigos: ha empleado en forma permanente, a todos los trabajadores del Estado, que estaban contratados, ésto sumado al aumento de jubilados y jubiliaciones, la asignación universal por hijo, más todo lo que invierte en cooperativas y obras públicas, ha redundado en una ampliación del mercado interno, más consumo, más trabajo. En tanto, que Ustedes están recibiendo las mismas políticas que nos aplicaba el FMI, obviamente será con los mismos resultados desastrosos que se produjeron aquí. Por lo tanto, hay que cambiar las recetas o el médico o ambos (tal como dijera nuestra Presidente)
Para no perder los derechos adquiridos a sangre y fuego, debemos seguir luchando, pues nuestros enemigos son persistentes y no creen que pueden ser vencidos, Pero yo creo que sí. Tengo esperanza, tengo a mis hijos, a quienes no quiero heredarles un planeta yermo, en el que tengan que luchar por comida y agua. Todo lo que podamos hacer, aun aquello que nos parezca pequeñito, debemos hacerlo, pues es un granito de arena,, que irá construyendo el mundo que deseamos.
La esperanza es lo último que se pierde. Por favor, no la pierdan Ustedes. Hay que ponerle al asunto buena onda.
Aquí, les va un poema, con esperanza:
"Una flor se ha abierto,
en mi jardín.
Todos, espectantes,
aguardan.
El momento se estira,
y como una eternidad,
permite presentir
la fragancia y el dolor,
la tibieza y el color.
En mi jardín,
una flor ha nacido"
Vermut con papas fritas y good show.