Hola, queridos chichipíos. Qué tal! Reciencito nomás, leí una pregunta, de ese programa de preguntas y respuestas, que lleva adelante Yahoo. Esa pregunta, se refería al silencio, con temor, como si fuera un enemigo. Me sorprendió, por eso, escribo acerca de ello. Del silencio y, también, de la sorpresa. Veo al silencio, como un amante tierno, que nos acuna en sus brazos, que nos permite cerrar los ojos y, realmente, escuchar. Muchas veces, por el excesivo ruido, no podemos escuchar. Escuchar, en el sentido de prestar atención a todo sonido. Por ejemplo, ahora, mientras escribo, escucho, el ruido de las teclas, al ser tocadas por mí. Parece, una música moderna, distinta, que acompaña, mis palabras, con una determinada cadencia, según escriba más rápido o más lento, o deje de escribir, para pensar en la siguiente palabra, que aparecerá en este espacio vacío, pero, que estoy llenándolo, con mis sentimientos, mis silencios, mis emociones.
Les aconsejo, aunque pueden no seguir esta sugerencia, que tomen a los signos de puntuación, como a los silencios de la escritura, igual, que en música. A veces, escribimos, otras callamos, en el mismo texto. Claro, ustedes, podrán respetar estos silencios, obviarlos, agregar otros, creando, así, su propia cadencia del texto. Y, así, sorpresivamente, aparecerá otro texto, con un significado distinto. Porque, cuánto quieren decir los silencios, cuántas veces, es más interesante lo que callamos, que lo que decimos.
El silencio, puede llevarnos de la mano, a la sorpresa del descubrimiento de algo, que ya estaba allí, pero, que nunca lo habíamos notado. Puede ser un próximo, algún otro animal, cuyas particularidades, nunca habíamos percibido.Por eso, el silencio, es como un mar en calma, donde puedo recostarme, a pensar, a soñar, a imaginar posibles utopías. Aquí, les va una frase famosa"No hay mejor tiempo ganado, que el tiempo perdido". Pues ese, es el tiempo, donde podemos explorarnos a nosotros mismos, generar ideas ingeniosas, incluso, brillantes. Para pensar más allá, es necesario el silencio, la soledad, que nos infunde nuevos bríos, para seguir adelante, hasta el final. Porque, siempre estaremos acompañados por la música de las estrellas, las ondas de radio de planetas y otros objetos celestiales.
No estoy hablando de callar, como en la época de la dictadura, por temor, estoy hablando de ese silencio, que de vez en cuando, se instala, en nuestro interior, dándonos un lugar, donde refugiarnos de tanto sonido inútil.
Vermut con papas fritas y good show