Hola queridos chichipíos. Qué tal! Estoy escribiendo otra vez, con gran contento en mi corazón, Argentina ha ganado sus dos primeros partidos en el Mundial, y aunque, yo no soy hincha de football, cuando se trata de mi país, me siento invadida de temor, por si pierden y, de alegría, por si ganan. Aunque lo importante, no es ganar o perder, sino jugar y sentirse como niños otra vez. Me encanta, ver a los sudafricanos, quienes pese al genocidio perpetrado por Inglaterra, conservan sus costumbres y sus ganas de vivir, y festejan cada gol de Argentina con cantos y bailes. Mis queridos chichipíos, si ese no es el mejor ejemplo de vida, no sé cuál lo sea.
Como la vida es una rueda, que gira y gira, como dijeran los mayas, cada vez que da una vuelta, pasa un ciclo. De ésta justa manera, un día estamos arriba y otro, abajo. Pero, no pierdo las esperanzas, de que como los sudafricanos, comencemos a preocuparnos por el otro y a hacer todo lo posible porque éste sea feliz. De ese modo, quizás alguién más, se interese por mí y empiece a hacer o realizar acciones, para mejorar mi vida. Entonces, recién, comenzaremos a desarrollarnos como personas. Todavía, somos bebés humanos, y no hemos comprendido el significado de humanidad, solidaridad.Pese a los numerosos ejemplos de otros animales, nosotros somos duros para aprender. Pero no importa, espero que la comprensión no llegue tarde, cuando la Tierra decida que no nos soporta más.
Para que eso no pase, cambiemos nosotros mismos. Yo, siento que estoy cambiando en cada momento de mi vida. Que no soy igual, a como fui un momento atrás. Me he esforzado mucho, para que ésto sucediera y de aquella joven impetuosa que fui ( y aun soy), he iniciado a verme igual a todas las demás creaturas vivas, en éste o cualquier otro planeta; con los mismos derechos y deberes. Ésto, lentamente, ha hecho que me sintiera cada vez mejor, entrando en una gran empatía con todos: humanos, monos, ballenas, tiburones, pejerreyes, águilas, cóndores, todas las demás creaturas, incluyendo a mi más preciado: el escarabajo de estiércol. He perdido la necesidad de compararme con otro, qué felicidad! Soy yo, y cada cual es lo que es. Fantástico!
Líbrense de los lastres del rencor, la envidia, el deseo de tener cosas, que finalmente no nos sirven para nada y sólo, sirven para alimentar a nuestros enemigos: las grandes corporaciones, que lo único que hacen es crearnos falsas necesidades, para que compremos toda la basura que fabrican. Si creen que hablo de más, miren a Europa, no trepidarán en matarlos a todos, con tal de mantener sus prevendas. Yo, diría, que ellos están como nosotros estuvimos hace algunos años. Sufriendo, perdiendo partes de nuestro cuerpo para alimentarlos. Finalmente, parece que nos hemos librado de esos enemigos, si es que seguimos la ruta trazada por la Sra. Presidente. Claro, tenemos enemigos internos, que por treinta monedas de plata, se venden, como Judas y quieren entregarnos. Pero, estamos resistiendo, luchando y mejorando cada día. Me agrada, ver que este Gobierno no maltrata a ningún manifestante. Lo que todavía nos falta aprender, es que tenemos el derecho de cortar rutas, calles, avenidas, carreteras, vías de ferrocarril, porque el país es nuestro, no de nuestros funcionarios. Ellos deberán aprenderlo, cuánto más pronto, mejor.
Vermut con papas fritas y good show.
Aquí les va esta pequeña poesía, que muestra lo que siento:
"Duerme mi corazón, en brazos del viento.
Se extiende mi pensamiento entre las hojas.
El rubor del amanecer tiñe mis mejillas,
el rocío lame mi piel blanca,
y tu recuerdo, invade mis sentidos,
y como una enredadera, verde y florida,
se enrolla por mi cuerpo tembloroso"