Hola, queridos chichipíos. Qué Tal! Cómo están. Yo, como siempre, me encuentro pensando y escribiendo. Estoy pasando por una crisis terminal, muy dura, pero, en lugar de estar llorando todo el día, despotricando contra mi querido Señor, por haberme hecho ésto, me encuentro escribiendo, y deseando con todas mis fuerzas, que las gentes puedan cambiar y convertirse en persona, como todos los demás animales del planeta. Quienes se han adaptado, a su entorno, se ayudan entre ellos y evitan guerras: por ejemplo, un lob, jamás atacaría a un oso, pues sabe, que ambos podrían salir lastimados, o peor aun, resultar muertos.
Bueno, basta de tanto discursillo con tufo a reprimenda, y, les voy a decir, en qué cosa he estado pensando, pues nada menos que en mi hija. Hablamos mucho, nos peleamos mucho. Espero, que ella sepa, que, pese a cualquier cosa que piense, que pase, así se derrumbe el mundo, no puedo dejar de amarla. Que ella es lo primero y principal, para mi, que mi vida se fundado, sólo en mis ojos, que son mi causa y mi consecuencia. Imposible pensar distinto, así fui criada, y así, crío a mis queridos hijos. También, aprendí, todo lo que me han enseñado, cambiando mis paradigmas, mis valores, y aprecio enormemente su opinión, como creo que ellos con la mía. Obviamente, no es un lecho de rosas: hay días, que sólo huelo el perfume, y días, en los que me pincho con alguna espina. Pero, todas estas situaciones, son de aprendizaje mutuo. He aprendido, con dolor, frustración, con alegría, a aprender. Me dejo, invadir por cada experiencia. Cuando, finalmente decanta en mi interioridad, casi darme cuenta, he aprendido algo. Mucho de lo que aprendí lo aprendí de mis hijos y de mis alumnos. Gracias, Señor, por permitirme vivir esta aventura excitante: la del conocimiento y el aprendizaje.
Aquí, va, una poesía, dedicada a mi hija. Ojalá, algún día pueda leerla!
"Mi hija Daniela
Un hilo de estrellas, te rodea,
mi niña;
un halo de galaxias, te brinda su luz,
un quazar furioso, titila, ante tu magnificencia.
Has nacido, mi niña, más brillante, que la luz.
No hay sombras, a tu alrededor.
En supernova, te has convertido,
inundando el universo, con tu poderosa luz.
Dime, pequeña, no te has dado cuenta,
no observas, que por donde caminas,
no existe la obscuridad?
No observas, quizás, , el reflejo de tu luminosidad,
abarcando al mundo entero, en derredor?
Has nacido, mi niña, más brillante que la luz".