Mis queridos chichipíos, estuve tratando de escribir anteriormente pero la página expiró. Parece normal, no pude guardar el borrador ni publicarlo.
Uno escribe siempre diferente, no puedo repetir lo que escribí y de lo cual no tengo registro. Les comento tengo a mi gata internada, pues tiene un carcinoma de lengua y está luchando por ello. Pero lo que no puedo evitar es la depresión que me invade.Es tan profundo mi amor por ella, que ahora al verla así me pone mal y trato de no pensar cosas malas, como por ejemplo, por qué no se enfermó alguno de los políticos enemigos y genocidas, colaboracionistas nazis, que por treinta dineros matarían a sus hijos.
Hace aproximadamente, murió mi querida perra de veinticuatro años de edad. Murió de viejita, pero su deceso se suma al problema de Piratita y eso es como mucho para mi.
Todos los que habitan mi casa, son parte de mi familia. Nos elegimos mutuamente, excepto mis hijos, ellos vinieron al mundo y se quedaron para compartir alegrías y penas, en el ciclo que la vida misma determine. Sólo puedo rezar mucho y de hecho lo hago. El poder de la oración es sanador para el alma.
Esta no es la primera que tengo otros animales en mi casa, además de mis hijos y yo. No puedo olvidar a ninguno; todos tenían algo especial, que los hacía únicos. Todos, aunque están a la diestra de Nuestro Señor, acompañan mi alma, forman parte de ella y acompañan mis decisiones. Al igual que mis otros seres queridos: mis tías maternas y paternas, mis abuelos y primos. Ésto demuestra que el amor no muere, permanece en nosotros. Y cuando sea nuestro turno, nuestros hijos descubrirán esta verdad. Al menos, para mí: el amor es la fuerza más poderosa del universo. Nos libera del odio, la envidia, la avaricia, etc. Desarma a nuestros enemigos. Ya sé que no somos como Cristo, Mahoma, Buda. Ellos eran hombres santos, Pero nosotros debemos tratar de imitarlos. Debo reconocer que a veces fallo. Es una meta y como tal prácticamente inalcanzable.
Espero que Ustedes, puedan en el nombre del Señor, sentir empatía y ver como los demás sufren, por distintos motivos: invasiones de su hogar, violación de sus derechos básicos: como el derecho a la vida, etc.
Siento que la compañía tantas personas que transitaron mi casa y forman parte de mi familia, por siempre, más allá de mi vida material, son quienes alientan a continuar, a no dejar caer los brazos.
Queridos chichipíos, tengo que dejar de escribirlos, porque tengo que ir a ver a gata que está internada. Aunque la prueba es muy dura, su ejemplo digno, me infunde fuerzas para seguir. Si Ustedes la vieran, se darían cuenta que es una persona en toda la extensión de la palabra.
No crean que estoy upset, sólo pienso como los Onas, un pueblo originario, que fue exterminado por nuestros enemigos: españoles e ingleses, y los típicos colaboracionistas nazis, que nunca hemos dejado de tener. Ellos pensaban que todos los individuos vivos, de cualquier especio o reino, eran personas y por lo tanto debían tratarlos con respeto. Ahora veo de donde heredo mis ideas.
Vermut con papas fritas y good show.