Hoal, queridos chichipíos. Qué tal! Preguntarán por qué
escribo, preguntarán por qué. La verdad es, que ni yo misma lo sé. Lo único, que comprendo, es que, me siento ante el teclado y comienzo a escribir. Qué me pasa?, a veces me interrogo vanamente, pues, no escuentro, qué decir. Lo mismo, seguramente les pasa a Ustedes. Hubo una época, de más joven, en que escribía, sin mucho entusiasmo. Pero, en este momento de mi vida, parece ser un
imperativo categórico.Por lo tanto, a fin de no cansarme, con preguntas, cuyas respuestas desconozco,
escribo, que salga lo que sea, pero que salga.
Parece ser, que la escritura, el acto de poner mis pensamientos en palabras, plasmadas en papel (en este caso, la computer) se ha convertido en un camino, y que todos mis deseos, todas mis fuerzas, todos mis anhelos, me conducen a él. No puedo evadirlo, sigo el sendero, que mis palabras trazan. Parece que la escritura, se ha constituído, en parte de mi ser. De modo, que ya no soy yo misma, sino
escribo algo, cualquier cosa.
Pensé, por un momento, que se trataba de un capricho, pues debo reconocer, que no soy muy constante, excepto, con el trabajo. Sin embargo, ahora, la
escritura, es como mi segunda piel. Escucho una frase, siento un olor, me cuentan algo sobre alguien, y entonces, ya estoy pergeñando un relato, un cuento, una historia, una poesía. A veces, pienso en una frase, y, de repente, se convierte en una poesía.
Luego, cuando leo lo que escribo, a veces me río, me emociono, lloro. Porque una vez que escribí algo, ya no lo corrijo, lo critico, como si alguien más lo hubiera escrito, es como si no fuera mío. Casi, inmediatamente, después de escribir, eso que escribí se transforma en la
escritura de otro, y, entonces, puedo leerlo, con detenimiento, especular sobre las razones de algunos personajes de los cuentos, imaginar otros finales posibles. Pero, todo ésto ocurre, porque, ya no siento, que esos cuentos sean mi propiedad, como si yo no los hubiera escrito.
Entonces, volverán a preguntarse: pero para qué carajo escribi? Por qué siente que ya no son suyos aquello que escribió? No sé, mis queridos chichipíos, es así.
Anoche, mientras trabajaba, escribí esa poesía dedicada a mi hija. Las cosas pasan así, imprevistamente, sin darse uno cuenta. Y, en ese interim, pasa la vida. Quizá, esté escribiendo sobre mi propia vida, sin darme cuenta. Como en este momento, escribo, escribo, las palabras continúan aflorando. Parece, haber un universo, en mi interior, donde, además, de pensamientos, ideas, imágenes, hay palabras, palabras, palabras, listas para brotar y unirse, con algún sentido, el cual desconozco. Ésto es lo más apasionante de escribir, no saber por qué lo hacemos. Quizá, si tuviéramos la respuesta, ya no tendría sentido el escribir
Vermut con papas fritas y good show