Hola mis queridos chichipíos, veo que están abrumados por tanta realidad, imposible de digerir, sin algún trago, que permita que pase más fácilmente por el garguero (término lunfardo que significa garganta). Así me siento yo también, con esa necesidad indescifrable de algo que no está definido, o sí. Como dice Sartre estamos destinados a luchar por la libertad. Y yo siento que al escribir y transmitir mis ideas me estoy proyectando, luchando por la libertad, ya no sólo mía, sino la de todos.
Intento desconectarme, desenchufarme. Pero, a veces, me es imposible. Las necesidades de todos son más importantes que la de uno solo. Ésto me hace acordarme de mis padres, que si tenían problemas de pareja o monetarios, nunca me enteré. Siempre estaban ocupados y preocupados por nosotros: mis dos hermanos y yo. Que siempre parecía la de la discordia, pues tenía no sólo pensamientos extraños, sino totalmente diferentes a los de todos. Con el tiempo comprendí que no era única y que debía haber por allí seres, con pensamientos parecidos a los míos, completamente preocupados por la naturaleza, de la cual formamos parte.
Creía que al pensar que todos éramos iguales, pero diferentes, con los mismos derechos y obligaciones, estaba pensando tonterías (nonsense). Hace mucho que me veo igual y tan importante como el pasto, una mosca, una piedra. E incluso hubo momentos, en los que una piedra podría ser más importante que yo, que su permanencia podía ser vital para el futuro, aun más que mi persistencia. Después descubrí, que los Onas, pueblo originario ya exterminado por funcionarios argentinos anteriores, pensaban que todos eran personas: el pasto, el venado, ellos mismos, los pájaros, el río, el aire. Ésto me infundió ánimos para seguir pensando y adecuando mis pensamientos , a medida que crecía mi consciencia.
De repente, comprendí que ser libre es no odiar a nadie, liberarse de esos deseos tontos e inútiles con los que el tipo de vida racionalista y capilista nos inunda, nos hace sentirnos individuales, sin comprensión de la existencia de otros. Creemos que estamos solos, y no es así. Compartimos la misma cuna y el mismo viaje. Depende de nosotros cómo sea ese viaje.
Me despido de ustedes, "vermut con papas fritas y good show".