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Qué es lo que leen quienes leen.
Viendo los escasos y tristes comentarios, que sobre lo que
escribo hacen algunas personas, me da pena ver la escasa comprensión que de los
textos se hace. Diga que son cortos, porque seguramente la extensión en una
entrada, podría perderlos, y no volver a encontrar el rumbo.
Cuando hablo sobre la Vida, un concepto que no es posible definir, y
doy mis opiniones sobre ello, una persona me aconseja que tome un préstamo
personal. A quién se lo pido: a Dios? Escribo sobre lo que siento, lo que veo o
más como veo aquello que veo. Pero, no existen cosas materiales, que puedan
mejorar nuestras vidas. Ellas mejoran, a medida que nuestro interior crece, a
medida que lo llenamos de amor, que damos a quien necesita, con la empatía, tan
necesaria para comprender al otro. Esta es la única forma, que yo personalmente
encuentro, para darle aliento, brisas de perfume, momentos de ensoñación.
Lamentablemente, la gran mayoría de las personas, creen que
el tener cosas materiales trae la felicidad. Cuán equivocados están! Nada de lo
que transitoriamente creemos poseer, lo llevamos con nosotros a la tumba. Todo
queda aquí, son usados por otros, envejecen y finalmente son descartados como
basura. Lo único que realmente perdura es el amor, que hayamos podido infundir
en quienes nos conocieron. Ellos, a través de ese amor nos recordarán, y así,
nuestros descendientes tendrán una mínima idea de quienes fuimos alguna vez.
Esos comentarios que leí, demuestran la cortedad de
criterio, de imposibilidad de construir sentido a un texto, no poder leer entre
líneas, interrogar al texto. Todas estas habilidades, el lector las construye
leyendo. Es así, que al releer novelas, yo misma me asombro de los nuevos
significados escondidos, que puedo encontrar. Pero, esto, mis queridos
chichipíos se hace leyendo.
Sé que vivimos en la época de la instantaneidad virtual.
Pues, las cosas, en el Universo no son instantáneas, ni muchos menos. La
transformación de Energía en Materia y viceversa, toma mucho tiempo, mas del
que tenemos para disfrutar en la Tierra. Sin
embargo, con dedicación y esmero, podemos llegar a vislumbrar las maravillas,
que la cortedad de nuestros sentidos nos impiden ver, pero que podemos intuir.
