Hola, queridos chichipíos. Qué tal! Pienso que muchas mujeres, pueden verse retratadas en este pequeño monólogo:
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-Hola doña., qué tal! Ud. No me conoce, pero como, bien sabrá, no tengo
con quién hablar. Yo soy la
Stella, y le quiero decir, que el Lucho, mi marido, sabe, me
tiene con los ovarios llenos. Por no decir, con las pelotas llenas, que no queda muy bien, según creo, no. Se la pasa
de boliche en boliche, como en la canción. Y yo, estoy sola todo el día con el
Nicastro, mi hijo, que apenas tiene tres meses. De modo, que no habla, que me
va a decir, más que: Hua, uha, y todo otro sonido onomatopéyico, que a Usted se
le venga a la mente, Bah!, a la mente! A la cabeza, que en definitiva, es allí
dónde está la materia gris.
-Cómo le decía: estoy podrida, repodrida. Porque, además, cuando llega
el fin de semana, se tiene que ir con sus amigotes a jugar a la pelota y yo qué,
dale que dale a la mamadera, a consolar y arrullar a Nico, mirar en la tele,
películas repetidas, bodrios, imposibles de comentar. Qué me dice, doña? Qué le
parece que tengo que hacer? Seguir bancando a este estúpido, que se cree que yo
me aguanto cualquier cosa? Lo que pasa, es que si me voy, qué va a pasar con
Nico. Quién lo va a cuidar, porque ese boludo, lo único que puede hacer es
darle pelotas de cuero, canchita de cinco, bares, llenos de perdidos, que no
saben que hacer.
-Yo lo quiero al Nico. Qué se le va a hacer! Después de todo es mi
hijo. Pero, qué hago con el Lucho? Qué hago con él? He estado pensando, en
soluciones posibles. Me gustaría, que desapareciera de mi vida. Qué se
desvanezca! Pero, cómo hacerlo, sin levantar sospechas. El muy desgraciado, es
conocido, y encima, sus roñosos amigos, lo siguen en todo.
-A mi me parece, que debería ponerme de acuerdo, con las esposas de
esos imbéciles y tomar alguna medida de acción.
-Eh, aguante! No es que quiera matarlo, sólo desaparecerlo, no verlo
más, mandarlo en algún tren, lo más lejos posible, e irme yo también, con el
Nico, por supuesto.
-Pero, primero, lo primero, qué hago? Qué dirán esas chirusas, que
están igual que yo? Lamentando, haberse casado con semejantes tipos. No es mala
idea deshacerse de éllos. A lo mejor, a las mujeres de los otros, tampoco les
importaría un comino no verlos más.
-Pues, entonces, algo debo hacer! No tiene Usted, alguna sugerencia? O
es como esas mujercitas, que se aguanta todo: golpes, insultos, soledad, hijos
hasta por los codos. Qué? Tiene miedo de hablar? Yo estoy cansada, que no me
interesa nada. Si el Lucho se entera, que haga lo que quiera. Después de
todo,que se arregle con el Nico. Capaz
que se consigue otra mina, tan tonta como fui yo, para cuidar del chico. Oh,
Dios! Qué tengo que hacer?
-Algo, seguro, voy a hacer. Qué carajo! La mierda me sale por los ojos.
Ni siquiera la mirada del Nico, me consuela. Necesito algo pronto. Alguna idea
genial, que me ayude a salir de este embrollo.
-Bueno, si no es posible otra solución, quizá, tenga que matarlo,
después de todo se lo merece, por tenerme abandonada, sola, sin ayudarme, ni
siquiera un poquito con nuestro hijo. Parece que yo me lo hubiera hecho sola. Y
no hablemos de lavar platos, de barrer, de ordenar la cama. Y el baño? Bueno,
el baño! Cuando entra él, queda a la buena de Dios, los calzones por aquí, las
medias por allá, pantalón y remera, abollados, sobre el bidet; las paredes,
todas mojadas, el piso: un enchastre. Cuando termina de bañarse y cambiarse,
tengo que ir yo, como la costurerita que dio el mal paso y ponerme a fregar. Qué
se le va a hacer!
-Bueno, ya está, he tomado una decisión: me declaro en huelga de
esposa. Vamos a ver que hace él, cuando no tenga la comida lista, cuando toda
su ropa se ensucie y no tenga qué ponerse, cuando no atienda sus llamados, ni
le deje sus mensajes escritos, pegados en la puerta de la heladera. Mi único
interés es el Nico, él que se vaya a la mierda! A mi, ya me dejó sin resto,
para el resto de mi vida. No quiero ver un pantalón más. en mi vida. Que se
arregle! Qué otra haga, lo que yo hago! Qué me importa! Aunque, me pregunto:
conseguirá otra que le soporte tanto? Creo que no. Las mujeres se están
haciendo más independientes, y no se aguantan un tipo de esta calaña. Si quiere
las cosas limpias, que se consiga una sirvienta, no una esposa. Conmigo que no
cuente más.
-Por supuesto, voy a seguir ocupándome del Nico, pero, también, voy a
ocuparme de mi. Me voy a teñir el pelo, a cambiar mis ropas viejas, por otras
más modernas, arreglarme las uñas. En fin, a cuidar de mí, él que se la banque!
Y si no le gusta, que se vaya, con el mambo a otra parte.
-Qué le pareció, doña, mi solución? No le parece justa. No me mira, con
esa cara de qué esta diciendo. No tengo, yo, también derechos? Voy a
ejercerlos, me importa un higo seco, lo que piensen los demás. Ya que, después
de todo, los demás, nunca me ayudaron, sólo saben criticar, murmurar a espaldas
de una. Qué sigan haciéndolo! Yo me voy a sentir mejor,y voy a ser un mejor ejemplo para mi querido
Nico.